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Jun 26, 2015 Redacción Campo de Gibraltar, Gibraltar, Noticias 0
Este es el discurso íntegro de Irene García, donde habla de mantener buenas relaciones culturales y económicas con Gibraltar
Bienvenidos a vuestra casa Me permitirán que comience esta intervención haciendo expresa una suma de sentimientos y sensaciones. • Agradecimiento hacia todos los gaditanos y gaditanas que participaron en las pasadas Elecciones Municipales y que, con sus votos, con la fuerza de una papeleta en una urna, hicieron posible la conformación de esta Diputación. • Responsabilidad ante la trascendencia del reto de asumir la Presidencia de esta institución, que está llamada a encabezar la defensa de los intereses de esta provincia. • Orgullo por merecer hoy encarnar la representación de una tierra a la que quiero, en la que creo y con la que estoy comprometida. 2 • Y honor, al saberme sucesora de tantas personas que me han precedido en esta tribuna. Y sobre todo el privilegio de ser la primera mujer en presidir esta casa. No quiero pasar por alto este hecho histórico. Hoy damos un paso hacia delante. Hace 36 años, cuando se constituyó la primera Corporación provincial en 1979, ninguna mujer ocupaba un escaño de diputada. Hoy somos 16, y es una mujer la que preside esta la corporación. Lejos de ser un hecho destacable, entiendo que tiene una enorme trascendencia y que refleja de manera más clara la fotografía real de nuestra sociedad. Por eso quiero que nos afanemos, compañeras diputadas, para que nuestro trabajo permita eliminar cualquier atisbo de desigualdad que, desgraciadamente, aún nos acompaña en nuestra vida diaria, como es especialmente la violencia de género. Por eso, desde aquí, quiero mostrar mi firme compromiso con aquellas personas que solo por el hecho de ser mujeres sufren la discriminación de una sociedad machista. De la misma manera os pido que trabajemos para que esta provincia no desprecie el talento, el trabajo y la inteligencia de la mitad de su población. No estamos en situación de dejar pasar nada. Y no podemos permitirnos estas licencias. Solo deseo que todas esas grandes mujeres silenciadas y olvidadas puedan ser correspondidas; y sientan hoy la satisfacción de que mereció la pena luchar por lo que creían. Su trabajo esta hecho y este es el resultado, y convertirlas en protagonistas será nuestro compromiso. Después de estas primeras palabras, me siento en la obligación de tener un recuerdo para los 245.700 gaditanos y gaditanas que, según la Encuesta de Población Activa, continúan viviendo diariamente la angustia del desempleo. Esas 245.700 personas y sus familias van a ser la principal preocupación de esta Diputación. No queremos escondernos. No vamos a buscar excusas. Serán la principal preocupación de esta Presidenta. Nuestra respuesta a su drama no puede esperar más: no puede hacerlo desde el punto de vista social, pero tampoco desde una simple y corta visión economicista. Condenar al desempleo a un cuarto de millón de trabajadores supone consentir otras tantas tragedias personales ante las que no cabe bajar los brazos; y, al tiempo, hipoteca todas nuestras potencialidades de creación de riqueza y desarrollo. De ahí que no deberá sorprender que una de las principales y primeras medidas de este Gobierno vaya a ser la puesta en marcha de un mecanismo que permita dar respuesta a nuestro primer problema socioeconómico, como es el desempleo; y hacerlo además con un Plan de Empleo de la mano de los pequeños ayuntamientos, a través de un sistema que aúne la corresponsabilidad con la transparencia. Y vamos a hacerlo por convicción y por necesidad social, pero también por coherencia con la decena de ocasiones en las que lo reclamamos sin éxito durante el anterior mandato corporativo. Y lo haremos por compromiso con esas personas que suponen el 42 por ciento de nuestra población activa y por la necesidad imperiosa de revertir un evidente fracaso. Porque el hecho de que esta provincia cuente hoy con 62.000 desempleados más que hace cuatro años sólo puede llevarnos a un cambio 3 radical en la estrategia y en la actuación. Y así deberá ser asumido por todos. Cada uno en la medida de sus responsabilidades. Una de las mentes más preclaras que ha dado esta tierra, José Manuel Caballero Bonald, planteaba en su discurso de aceptación del Premio Cervantes que la utopía es “una esperanza consecutivamente aplazada”; y abogaba porque la misma se nutra de “las generosas fuentes de la inteligencia”. “Tal vez se logre así que el pensamiento crítico prevalezca sobre todo lo que tiende a neutralizarlo. Tal vez una sociedad decepcionada, perpleja, zaherida por una renuente crisis de valores, tienda así a convertirse en una sociedad ennoblecida por su propio esfuerzo regenerador”, decía tras alcanzar la más alta distinción de las letras españolas. Con la misma fortaleza y parafraseando a este ilustre jerezano y gaditano universal, quiero hoy reivindicar el papel de la política con mayúsculas como el mecanismo para conseguir un rearme de valores y para evitar cualquier riesgo de adormecimiento: no solo para construir una sociedad mejor, sino también y especialmente para que la sociedad se construya mejor a sí misma. Frente a la ausencia de compromisos, la firmeza de la convicción y la defensa a ultranza de los principios. Por ello, junto a esa actuación urgente para zanjar el desempleo y sus demoledoras consecuencias, atenderemos también a lo urgente, nos volcaremos en aquello que constituye la auténtica razón de ser de esta Diputación, como es la asistencia a los pequeños y medianos municipios. Y lo haremos a través de la palanca más fuerte para la transformación social: la política. Empobrecer la política no enriquece la democracia. La política es la última garantía que le queda a miles de ciudadanos. Así, la garantía de los servicios públicos esenciales en nuestros pueblos será una de las señas de identidad de este Gobierno. No podemos quedarnos impasibles ante el drama de los desahucios o el problema de la vivienda que muchos de nuestros vecinos padecen y acompañaremos a los alcaldes y alcaldesas para defender los servicios básicos a las familias.
Y para ello, ofrezco hoy mi leal colaboración con el resto de Administraciones. Una cooperación sincera y útil en la búsqueda de soluciones para las dificultades a las que cada día se enfrentan los regidores de esta provincia. Si los ciudadanos se han alejado de la política, no debemos invertir ni un segundo en lamentarnos, reconozcamos que quienes nos dedicamos a la vida pública nos hemos equivocado. ¿Y saben cuál es uno de nuestros grandes errores? Distanciar a las instituciones unas de las otras a la hora de adoptar las determinaciones urgentes que la ciudadanía justamente nos exige. Por eso les anuncio que no oirán de esta Presidenta ni un «y tú más». Y que aquellos que me ofrezcan su mano siempre hallarán la mía tendida. Esta institución no puede ni debe perder el papel por el que se creó. Por eso voy a poner todo mi empeño en que así sea. Y para ello vamos a transformar el Servicio de Atención a Municipios, convirtiéndolo en un servicio de asistencia económica y orientación jurídica y no solo de atención al desarrollo de la ordenación urbanística de nuestros pueblos. Quiero que cada uno de los alcaldes y alcaldesas sienta la cercanía de la Diputación. Los municipios son la locomotora de esta provincia, por lo que todo el esfuerzo que 4 hagamos en su apoyo será poco para garantizar el mejor futuro para los ciudadanos. Desde aquí os digo, alcaldes y alcaldesas de la provincia, que encontraréis siempre abiertas las puertas de esta Diputación para escucharos, para atender vuestras peticiones y vuestras inquietudes, para, entre todos, buscar soluciones efectivas a vuestras demandas. Apelo a vuestra cercanía y vuestra complicidad para hacer posible que esta provincia sea más próspera, más solidaria y más justa con todos y todas. De ahí que comprometa hoy que tendremos de manera reglada un foro para compartir esta gestión diaria en torno a la constitución de un Consejo de Alcaldías, donde estéis representados todos los municipios de menos de 20.000 habitantes y en el que podamos debatir, compartir e impulsar cuantos proyectos sean necesarios para generar este bienestar que todos deseamos en nuestros municipios. Y de ahí que quiera convocaros desde ya a que tengamos el primer encuentro el próximo viernes, para que elaboremos conjuntamente una agenda de trabajo. Un órgano al que quiero que le demos estabilidad y sirva de termómetro municipal para orientarnos en las decisiones futuras. Alcaldes y alcaldesas de la provincia de Cádiz. Sed reivindicativos, haced sentir a esta presidenta, a estos diputados y diputadas, que transmitís cuanto de verdad ocurre en vuestras calles, en vuestras plazas, en vuestros pueblos. Decía la duquesa de Medina Sidonia, una de las personas más reivindicativas que ha tenido esta provincia, que «decir amén cuando no se está de acuerdo es el primer paso hacia la falta de valores, hacia la falta de ética». No digamos, pues, «amén»; antes bien, alcemos las voces en busca, todos unidos, de una provincia mejor. Este período va a estar marcado por dos exigencias irrenunciables en el propio devenir diario de la institución, como son la austeridad y la transparencia: una austeridad que no sirva para enmascarar recortes de derechos y pérdida de calidad de los servicios; sino que oriente el destino de los recursos económicos hacia aquellas finalidades realmente esenciales. Se trata por tanto de garantizar un seguimiento sin distorsiones de la gestión de la institución, tanto a través de la propia actividad de este Pleno como mediante los instrumentos que permiten las nuevas tecnologías en la comunicación con los ciudadanos y en su acceso directo a la actividad de las Corporaciones Públicas. Sólo bajo esas premisas, esta Diputación podrá recuperar su liderazgo político e institucional para enarbolar con firmeza el estandarte de esta provincia, sirviendo como altavoz de la suma de cientos de miles de gargantas. En un momento en que Cádiz se juega su futuro, los intereses de esta tierra no pueden ser sometidos a la sordina sino que deben escucharse altos y claros. Este papel reivindicativo de la Diputación tenemos que conjugarlo con la cercanía de esta institución hacia los territorios para oír sus demandas y también para hacerles llegar nuestras propuestas.
Para ello volveremos a celebrar Plenos de la Diputación en las diferentes comarcas de la provincia. 5 El parecer de esta tierra debe ser escuchado. Mi compromiso no solo incluye llevar el criterio de este Pleno ante todos aquellos organismos que tienen en sus manos construir con nosotros nuestro presente y nuestro futuro. También se hace extensible a la necesidad de reactivar el Consejo para el Desarrollo Económico y Social de la provincia, donde agentes sociales, económicos, políticos e institucionales deben tener su punto de encuentro y de reivindicación para canalizar primero y amplificar después nuestras legítimas aspiraciones. Esta Diputación está llamada a ser protagonista del futuro de esta provincia, mediante el diseño de las líneas estratégicas para los próximos años. En ese contexto, jugará un papel esencial la materialización de la Iniciativa Territorial Integrada, el gran instrumento para la modernización de nuestro tejido empresarial y para generar un cambio en nuestro modelo productivo y en nuestro mercado laboral. Esta provincia abre unos años claves para su desarrollo; y la Diputación va a asumir una tarea que debe marcar un antes y un después, mediante la movilización de una desconocida suma económica que procede de fondos europeos y que es fruto de una colaboración institucional de la que tan necesitados estamos. El objetivo de dichos fondos es ligar nuestro desarrollo socioeconómico e incluso nuestro propio futuro a conceptos como innovación, sostenibilidad, eficiencia, internacionalización y diversificación. Los instrumentos extraordinarios que den respuesta a situaciones excepcionales deben ir acompañados del reforzamiento de la actuación cotidiana de la propia Diputación, que tiene que reivindicar su papel y su protagonismo inversor, haciendo posible que la movilización de recursos públicos tire de la actividad económica y del empleo. El ejercicio de las competencias en materias como los Planes Provinciales y la conservación y promoción del patrimonio al servicio del desarrollo de esta tierra, como es el caso de la Red Provincial de Carreteras, contará con una especial atención por parte de este Gobierno. Esta casa, la casa de toda la provincia, reivindica también su liderazgo a la hora de participar en el desarrollo económico, mediante un equilibrio entre sectores tradicionales ligados a nuestras potencialidades como la agricultura y la pesca, la petroquímica, la construcción naval y aeronáutica, la marroquinería, la ganadería y la industria alimentaria, trabajando por conseguir la calidad, donde esta provincia ha sido pionera en las denominaciones de calidad de nuestros vinos, aceites y dulces, comprometiéndonos en este mandato a trabajar para conseguir las denominaciones de los quesos de la Sierra de Cádiz, el retinto de la Janda y la Piel de Ubrique. Junto a ello trabajaremos en aquellas nuevas actividades que surgen como oportunidades de la mano de la sociedad del conocimiento, la logística, la energía y la I+D+i.
La institución provincial tiene que tener voz propia en estos debates. Para ello será esencial el impulso a los pequeños emprendedores y a quienes actúan como empleadores de forma intensiva, mediante fórmulas que apuesten por la colaboración público-privada, una experiencia que ya se ha 6 ensayado con la puesta en marcha del clúster del sector naval. De la misma forma, resultará crucial la plena incorporación a líneas estratégicas de actuación que favorezcan el aprovechamiento de todas nuestras potencialidades, por ejemplo al amparo de la Economía Azul, en la que esta provincia está llamada a desempeñar un papel de privilegio. Una provincia bañada por un mar y por un océano, que fue puerta y puerto hacia un nuevo mundo, debe asumir su propio timón y apostar por las posibilidades vinculadas a su carácter litoral. Y todo ello partiendo de una premisa esencial: desarrollar al cien por cien de nuestras capacidades, muy especialmente en todo lo que tiene que ver con la investigación, la transferencia de tecnología y la capacitación de nuestro capital humano, el mejor formado de la historia, aspectos para los que contamos con la inestimable complicidad de la Universidad. Universidad, señor rector, con la que trabajaremos para aumentar la presencia de facultades y de nuevos universitarios en la capital de Cádiz como elemento de dinamización de la economía y el conocimiento. Y lo haremos de la mano de la institución universitaria y de la Junta de Andalucía. Asumimos también la obligación de una mayor implicación de todos para conseguir acabar con las infraestructuras que vertebren esta provincia y que aseguren su conexión con los grandes ejes de desarrollo europeo.
En este capítulo destaca la necesidad de aprovechar todas las posibilidades que se derivan de nuestra estratégica ubicación a caballo entre dos continentes, entre dos mundos que se dan la mano en una tierra que no puede limitarse a ser frontera sino que reivindica su protagonismo como nexo de unión. Igualmente ser frontera con Gibraltar no puede verse desde el punto de vista de la confrontación sino de aprovechar las oportunidades y las potencialidades mutuas de colaboración tanto en el ámbito cultural como en el laboral, teniendo en cuenta los miles de gaditanos que diariamente cruzan la Verja para ganarse su sustento.
La mejora de nuestras conexiones ferroviarias o la finalización de la red de carreteras de alta capacidad aparecen como requisitos imprescindibles para pasar de la potencialidad al resultado, para pensar en un adecuado desarrollo de nuestra capacidad logística dentro del contexto de la Red Logística Andaluza, donde es fundamental seguir apostando por la mejora de las infraestructuras de los Puertos de Cádiz y Algeciras con las conexiones ferroviarias del Corredor Mediterráneo y de la Cabezuela, así como por la nueva Terminal de Contenedores del Puerto de Cádiz . Igualmente tiene que ser prioritaria la puesta en marcha de nuevos suelos productivos, un capítulo en el que serán esenciales tanto el polígono de las Aletas como la captación de nuevas inversiones empresariales en un contexto crecientemente exigente dentro de un mundo cada vez más globalizado, sin olvidar el florecimiento de nuestro turismo. El desarrollo del sector turístico es fundamental para el desarrollo de esta provincia y su éxito pasa por profundizar en un modelo de éxito ya descubierto: el esfuerzo conjunto, la cooperación y la lealtad de unos agentes sociales y de unas instituciones públicas unidos en pos de un objetivo común. 7 Esta provincia cuenta con enormes potencialidades y con recursos que abarcan desde nuestro litoral con las mejores playas a un turismo unido al Medio Ambiente, en el que ocupamos un lugar preeminente con seis parques Naturales, nuestro patrimonio, pasando por nuestras tradiciones y nuestra cultura, nuestra gastronomía, nuestra propi a oferta hotelera y nuestros equipamiento. Si tenemos unos atractivos innegables, una marca de calidad y el saber hacer que hemos venido demostrando cuando se ha apostado por el trabajo coordinado, pongámonos manos a la obra inmediatamente. Esta Diputación debe recuperar el gobierno de la provincia en cuanto a que debe ser ella quien rija los destinos de esta tierra: quien pilote los tiempos que están por venir y quien lo haga en respuesta no solo del interés de los gaditanos y las gaditanas, sino sabiendo descubrir oportunidades, anticiparse a los tiempos y aprovechar nuestras potencialidades. Sabemos qué queremos que sea esta Diputación. También sabemos en qué no queremos que se convierta. No queremos verla reducida a un foro de estéril confrontación política, no queremos que se limite a ser un campo de batalla con otras instituciones: una Cámara de doble vuelta donde se discuta lo que no tiene aceptación en otros foros estatales, autonómicos o locales en vez de los auténticos problemas de esta provincia. No queremos quedarnos en lo accesorio. La Diputación tiene que ser la antítesis de la irrelevancia. Y esta casa reclama la dignidad que le corresponde, la que va a construir diariamente, codo con codo y hombro con hombro con nuestros pueblos, que sin duda van a ser los grandes protagonistas de este nuevo tiempo. Un nuevo tiempo que es fruto de las nuevas exigencias ciudadanas y de los nuevos compromisos de quienes nos dedicamos a lo público, en los que el ejercicio responsable de la gestión aparece como un requisito imprescindible. No hay política sin honestidad, sin desarrollo decente de la responsabilidad de gestionar lo que es de todos. Y esa honestidad, créanme, no es ningún mérito; sino la primera y más elemental característica que debe reunir un servidor público. Qué se hace tiene que ser igual de importante que cómo se hace. Por eso, este compromiso inexcusable debe venir acompañado de una absoluta transparencia. Y va por delante mi palabra de que voy a ser la presidenta de una Diputación de cristal: una Diputación sin secretos, sin opacidad y sin cajones en los que esconder aquello que no se quiera que se sepa. El acceso a unas cuentas claras y a una gestión sin zonas de sombra debe ser comprendido como un derecho de ciudadanía; y, en consecuencia, así lo asumimos desde el mismo instante de esta toma de posesión. Señoras y señores. Somos conscientes de lo que somos. Estoy convencida de que esta provincia tiene futuro. Y este Gobierno está dispuesto a liderar lo que queremos ser, de la mano de los gaditanos y gaditanas, de nuestros pueblos y ciudades, y del resto de las formaciones políticas que conforman este Pleno. Todos y cada uno de los gaditanos y gaditanas somos sucesores de los Balbo, de Castelar, de Alberti, de Camarón, de Cadalso, de Ory, de Manolo Sanlúcar, de Mutis, de Moret, de Paco de Lucía, de Quiñones, de Beatriz Cienfuegos, de Falla, de José Miguel Evora, del anteriormente citado Caballero Bonald, de 8 Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura o de Cecilia Bohl de Faber… También de Frasquita Larrea, la madre de esta última, una de las primeras escritoras de esta tierra y de las precursoras en la defensa de los derechos de las mujeres, la misma tarea en la que también va a volcarse, dos siglos después, esta Diputación. Herederos de toda esa tradición y de los mejores valores de quienes nos precedieron en la construcción de esta provincia, tenemos ante nosotros la tarea apasionante de dejar un Cádiz mejor para nuestros hijos. Una tarea a la que me comprometo ante todos ustedes; con la mano tendida y la mirada hacia delante. Creo firmemente en esta provincia. Creo en sus gentes y creo en sus oportunidades. Voy a poner todo mi empeño en que no nos despistemos. En centrar todo nuestro esfuerzo en los ciudadanos en los que la brecha de desigualdad es enorme, entre los que no tienen de todo. No va a existir un apunte en mi agenda que no sea la preocupación de los ciudadanos y hago una invitación a que todos nos sumemos a ese trabajo colectivo. Diputados y diputadas, el acta que acabamos de asumir es un contrato con la ciudadanía que nos compromete con el destino de Cádiz y nos otorga la enorme responsabilidad de representar a los gaditanos en la toma de decisiones y en la administración de los asuntos de la provincia. Nos han encomendado esta ilusionante tarea a la que os pido que respondáis con diligencia, integridad y espíritu de servicio. Los ciudadanos merecen y esperan de nosotros capacidad para actuar unidos ante los grandes asuntos de esta provincia, más allá de intereses partidistas o de grupo. Esa exigencia que estamos obligados a atender solo se puede alcanzar sirviéndonos del diálogo como método y buscando el consenso como objetivo. Tenemos por delante importantes desafíos y estamos obligados a rentabilizar al máximo los esfuerzos que hagamos. Solo con la colaboración de todos estaremos en disposición de dar el salto definitivo hacia el lugar preferente que nos corresponde. Por ello asumo con orgullo la tarea que me encomendáis, a la que responderé con total entrega y dedicación, con humildad, con constancia, con cercanía y la mente y las manos limpias. Agradezco sinceramente el apoyo de todos y todas, el de mi grupo y el del Partido Andalucista, que ha dado un paso al frente y ha asumido con responsabilidad las empinadas cuestas que nos esperan. Y si me lo permiten, también quisiera dirigirme a las autoridades hoy aquí presentes, porque quiero llamar a otras Administraciones a sumarse a este ilusionante proyecto de cambio para la provincia de Cádiz. Por eso, Señor Vicepresidente de la Junta de Andalucía, quiero que avance con nosotros en este camino de futuro para nuestra provincia. Y que nos apoye con su colaboración y la de su Gobierno en estos proyectos de vital andadura para nuestra provincia. Soy consciente de que tenemos en usted a un gran aliado para esta provincia, porque comparte nuestros sueños y conoce nuestra realidad. Y es absolutamente necesario que nuestro trabajo sea útil para la mejora de esta provincia. Tenga usted por seguro que a cambio va a tener a Y 9 una Presidenta leal, cooperadora pero reivindicativa con los intereses de esta tierra. Por último, me dirijo a los diputados que hoy, con su voto, se han situado en la oposición. Y lo hago como Presidenta, en nombre de esta provincia, para pedirles que desempeñen su tarea con la dureza e intensidad que estimen conveniente, pero con rigor y seriedad. Que dediquen tanta energía a criticar legítimamente lo que estimen incorrecto como a proponer alternativas y soluciones a los problemas de Cádiz. Quiero decirles que existen amplios territorios en los que podemos y debemos encontrarnos. No “por encima de ideologías”, sino desde nuestras propias ideologías. Están los grandes desafíos, de los que ya hemos hablado, están los ciudadanos esperando nuestras respuestas y está, sobre todo, el interés de la provincia, que es una militancia que todos deberíamos compartir siempre. Y termino con una licencia personal, dando una agradecimiento especial a mi familia. A mi padre y mi madre, los cuales han dedicado toda su vida a esforzarse para que el testimonio de sus vidas no tuviese nada que ver con el de sus cuatro hijas. Me enorgullece decir que vengo de una familia decente, humilde. En mi casa solo se aprendieron los valores de respeto, esfuerzo y superación. Y especialmente a mi marido, por ser el reflejo de la integridad y la sinceridad, por ser mi pilar en los momentos complicados y por su habilidad por devolverme al mundo real en segundos. Por eso hoy no me siento ni más sabia ni más importante, solo una ciudadana más que quiere movilizar todo lo que esté a mi alcance para que mis hijos, los vuestros, vivan en el mundo que ellos siempre soñaron. El trabajo es intenso, pero las ganas son infinitas. Tanto de quienes nos sentamos en esta parte del Salón de Plenos como de todos y cada uno de los trabajadores de esta casa, leales servidores de los intereses de los gaditanos y gaditanas. Esos empleados públicos son el corazón que mantiene viva esta Diputación y representan la principal garantía para pensar en ese futuro posible. Ayudemos todos a construir esa provincia en color, donde el protagonismo lo tengan los ciudadanos que cada día, con su trabajo y dedicación, construyen una provincia mejor».
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