Tras la reunión con Borrell, Andoni Carrión afirma que siente «una mezcla de tristeza, asombro y desazón al leer las declaraciones del alcalde»

Sep 19, 2018 Redacción La Línea, Noticias Comentarios desactivados en Tras la reunión con Borrell, Andoni Carrión afirma que siente «una mezcla de tristeza, asombro y desazón al leer las declaraciones del alcalde»

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Para Andoni Carrión «Después de la reunión de todos los alcaldes del Campo de Gibraltar con el Ministro Borrell, no puedo más que sentir una mezcla de tristeza, asombro y desazón al leer las declaraciones y, sobre todo, al ver la dramática expresividad gestual y textual del alcalde en redes sociales.

De un tiempo a esta parte, Juan Franco sobreactúa. Ha tomado el papel de adalid del linensismo, del portador de las esencias patrias, del único capaz de sacar a excalibur de “la roca” para liderarnos a todos en un momento donde el mundo entero nos da la espalda. Ha encontrado en el victimismo linense un papel en el que se encuentra cómodo.

Y el mensaje cala fácilmente, fundamentalmente porque es cierto que La Línea necesita ayuda. La necesita desde hacer mucho tiempo. La necesita desde que se cerró la frontera en el 69 pero, sobre todo, desde que el gobierno del PP-GIL vació la caja para llenar algunos bolsillos. Eso lo sabemos y reconocemos todos. Pero la ayuda no va a llegar sola, tan sólo lamentándonos de lo abandonados y lo maltratados que históricamente hemos estado.

Juan Franco es lo suficientemente brillante y ha aprendido lo suficiente en estos tres años y medio en política como para saber que las decisiones importantes de carácter nacional, y tanto las del Brexit como el reconocimiento de la Singularidad lo son, necesitan de un proceso de negociación, de diálogo, de presentación de propuestas y proyectos y, finalmente, de que todo eso termine transcrito, negro sobre blanco, en documentos oficiales. Con toda seguridad sabe que no es suficiente con acudir a las reuniones blandiendo el argumento de nuestro pasado funesto o apelando a nuestra mala fortuna.

Del mismo modo, Juan Franco está lo suficientemente preparado para saber que un partido local tiene muy poca capacidad de influencia en decisiones y políticas de estado, más aún teniendo en cuenta que ese partido local se asoció al partido que ha traído a La Línea a la situación en la que estamos hoy arrebatándole la alcaldía al partido que hoy gobierna en Andalucía y España.

Toda esta pose la hace para la galería. Lo hace para tocar la fibra del linense de a pie, ese que sí que lleva años maltratado. Lo que pasa es que le va su futuro político en ese papel. No le queda otra que enrollarse en la bandera del linensismo para tener opciones electorales en los próximos comicios. Su futuro político le va en conseguir algo material antes de marzo y, si no llega, explotar la imagen de que es el linense entre los linenses que más lo ha intentado.

Por eso lo ha envidado todo en esa caracterización, hasta el punto que, lo poco bueno que hizo en este periodo, administrar la empresa municipal, lo ha ido abandonando para dejarlo en manos de sus socios de gobierno o en empresas subcontratadas.

Pero Juan Franco es lo suficientemente inteligente para ser consciente de que solo un partido de carácter nacional, capaz de influir en las diferentes capas de nuestro estado, con presencia en diferentes cámaras parlamentarias y en la eurocámara, será capaz de conseguir cosas beneficiosas para la ciudad en el medio plazo.

Y Juan Franco sabe que el único capaz, como ya lo hizo en el pasado con las gestiones para conseguir la Carta Económica Especial o los Acuerdos de Córdoba, de dejar de lado las banderas y las pulseras, de no priorizar la soberanía para poner en primer plano a las personas, a los trabajadores transfronterizos, el empleo o  las pensiones es el partido socialista. Sobre todo si se da la ecuación de que el PSOE gobierne en el municipio, en la Junta de Andalucía y en el Gobierno de la nación.

Juan Franco sabe que el partido socialista de La Línea lleva meses, en silencio y sin estridencias, trabajando para conseguir ese reconocimiento, con informes, con contactos, con conversaciones, con visitas institucionales inéditas en la ciudad.

Juan Franco sabe que la Singularidad pasa por el partido socialista obrero español. Pero también sabe que eso supondrá que no tiene más trayecto político».

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• Carrión, La Línea

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